martes, 13 de octubre de 2015

Abre la puerta

"Si llevas tu infancia contigo, nunca envejecerás"
 Tom Stoppard, dramaturgo británico nacido en República Checa.


El niño interior llama a la puerta. Lleva un tiempo encerrado y quiere salir. Bueno, más que querer, necesita salir y ver la luz. Vuelve a llamar, pero esta vez lo hace con más fuerza y la desesperación se nota en cada golpe que da contra la madera de la entrada. ¿Le has escuchado? El niño interior insiste una y otra vez. Está cansado ya de que no le hagan caso y esta vez pide salir de ahí con un dulce y silencioso "por favor". ¿Le abres la puerta?

Si le has abierto esa pequeña puerta, eres afortunado. O bien le abres con frecuencia  o no has podido resistirte a darle cierta libertad a tu niño interior. Si has optado por dejarlo encerrado, te invito a que le permitas tomar el control durante un rato, aunque sea con la supervisión de tu adulto interior.

Quizás te preguntes a qué viene todo esto, y yo te confieso que creo que hacer tonterías de niños es la mejor medicina para mantener la cordura en este mundo loco que va acabando con la inocencia y la infancia poco a poco. Una muerte lenta pero extremadamente dolorosa. No dejemos que acaben con nuestros pequeños niños interiores, démosles un espacio y saquémosles de vez en cuando a pasear porque si no lo hacemos, la locura nos atrapará y no nos dejará escapar. 

Cada vez más se fomenta que los niños crezcan antes, que adquieran roles que no les corresponden y que reduzcan la infancia a unos escasos años a los que ya no podrán volver jamás. Muchas veces se quiere que los niños actúen como adultos, a veces sin ni siquiera enseñárles o darles ejemplo, e incluso se les otorgan tareas que no son propias de su edad. A una determinada edad, casi está mal visto que sigan pasando el tiempo con sus juguetes y peluches, muchas veces cortando la etapa de la infancia con un corte imperfecto y lleno de trozos que ya no encajan los unos con los otros. Tomando así la infancia como otra etapa más, y yo me atrevo a decir que podríamos estar hablando de la más importante de todas porque es en la que te vas formando como persona.

En consonancia con lo anterior, creo que no debemos acortar esa etapa vital porque estaremos llevando a personas con edades más tempranas a una locura para la que necesitan estar preparados. Es fundamental aprovechar hasta el último momento esos días de juegos, de mancharse jugando, de reír y reír, y también llorar. Es sano acumular momentos de chucherías, días de vacaciones y tardes construyendo grandes castillos en la playa. Es inolvidable mancharse con los helados, jugar al pilla pilla y pasar el día jugando a videojuegos con amigos o hermanos. Y es tan sumamente importante porque eso ya no vuelve, y cuanto más aproveches y hagas tonterías de niños, puede que entres en la locura con una vacuna mucho más duradera. Y no es tan locura lo que digo, porque mucha gente admite con los años que no aprovechó esa etapa porque quiso hacerse mayor antes de la cuenta o que con el paso de los años, uno se va dando cuenta de lo importante que era la infancia llena de inocencia.

Un gran error que cometemos, que nos preocupamos por lo incorrecto. No soportamos envejecer por fuera, pero no nos preocupamos por envejecer por dentro, que al final es mucho más importante. Ya lo dice la frase de Tom Stoppard, que la única forma de no hacerlo es dejando espacio a nuestro niño interior y rejuveneciendo por dentro. La infancia es lo que verdaderamente nos mantiene jóvenes.

De repente, un día te das cuenta que ya no eres un crío y que tienes muchas responsabilidades y deberes que llevar a cabo como persona adulta que eres. Pero a pesar de que no podamos volver atrás, siempre nos queda ese pequeñajo interior. Él jamás nos abandona porque sabe lo necesario que es en nuestra vida. Nosotros mismos, inconscientemente, no lo dejamos escapar porque sabemos que es un recurso muy sano. Y cuando uno ya no puede más, cuando siente que las responsabilidades y las cargas van a trasladarlo a la locura, no hay nada mejor que sacar a ese niño interior y dejarle curarnos para volver a la carga más fuertes. No hace falta decir que tampoco podemos actuar siempre como un niño, esa oportunidad ya la tuvimos y debimos aprovecharla. Por eso me duele que se incite a que los niños crezcan antes, porque esa etapa de "locura sana" no se puede aplicar a la madurez y entonces se convierten en años perdidos. De mayor sólo nos podemos conformar con pequeños momentos infantiles, pero no podemos mantener esa actitud de niño siendo adultos porque podríamos provocar un choque de trenes que nos puede costar muy caro.

Así que niños, disfrutad de ese tiempo maravilloso al que todos querríamos volver. Exprimir cada segundo de la etapa a la que más valoraréis y echaréis de menos. Sacad el jugo a la infancia y pasad todo el tiempo que podáis con la inocencia. Tened amigos imaginarios y no dejéis de reír y de reír. Imaginad, cread y no dejéis de sorprendernos porque enseñáis más de lo que pensáis.

A vosotros, niños interiores, gracias por quedaros y por darnos la oportunidad de desintoxicarnos de este mundo loco. Gracias por recordarnos lo que fuimos y lo que somos. Gracias por hacernos saborear la etapa de la infancia y sacarnos la sonrisa y la ternura que a veces perdemos. Pequeña Laura, me alegra abrirte la puerta todos los días un rato. Eres la mejor medicina porque tu locura infantil me vuelve menos loca en el mundo adulto.

Y a los mayores, sólo os animo a investigar, a descubrir a vuestro niño pequeño porque seguro que está ahí dentro. Jugad con vuestros hijos, hermanos, primos o niños pequeños que conozcáis. No tengáis miedo ni prejuicios en abrirles la puerta. Porque cuanto más miedo tienes a tu niño interior, más lo necesitas en tu vida.


2 comentarios:

  1. Hola! :D bonita reflexión.... >-< pensaba que te había comentado ya aquí.. mi cabeza... pues si a veces necesitamos soltar la melena y soltar lo que llevamos dentro, permitirnos reír y llorar sin ningún prejuicio y hacer cosas que nos apetezcan, aunque supuestamente no sea nuestra edad para hacerla, o lanzarnos y hacer cosas que si deberíamos hacer con nuestra edad pero no nos atrevemos... :D Saludos!

    ResponderEliminar
  2. ¡Hola! Gracias por comentar.
    Pues sí. Está bien que de vez en cuando podamos disfrutar de esas cosas que amamos como niño pero que olvidamos como adultos.

    Un saludo ^^.

    ResponderEliminar