"El zapato que va bien a una persona es estrecho para otra. No hay receta de la vida que vaya bien para todos"
(Carl Gustav Jung; médico psiquiatra, psicólogo y ensayista suizo)
Cada persona es diferente, cada persona es un mundo. Nuestras circunstancias, nuestra personalidad, las personas con las que nos relacionamos determinan cómo somos y qué esperamos de la vida. No estoy de acuerdo respecto a que todos somos iguales. No podemos serlo porque todos no vivimos las mismas experiencias ni nos desarrollamos en los mismos círculos sociales. Todos tenemos una historia y algo que hace que seamos diferentes a los demás.
No tiene sentido que queramos que todas las personas actúen de una forma similar. Algunas maduran mucho antes que otras, y por lo tanto su perspectiva de la vida cambia por completo. La personalidad es fundamental, la mezcla de gustos por las cosas tiene una infinidad de combinaciones. Por ello, cada uno de nosotros está conformado por sus experiencias y por su sello personal, y eso provocará que veamos las cosas de formas muy distintas. Algo que resulta muy enriquecedor, pues nos permite contemplar una misma situación de forma diferente.
Un determinado estilo de vida puede ser muy positivo para alguien, pero no para todo el mundo. Por un lado, hay personas que necesitan recorrer el mundo y vivir aventuras apasionantes constantemente. Por otro, hay otras que buscan una vida más tranquila y sin sobresaltos. Es obvio que estos grupos de personas no podrían tener una vida parecida, pero eso no significa que alguna está equivocada. Ambas posturas son respetables y porque no se esté de acuerdo con una no significa que se malgaste el tiempo.
Cada uno de nosotros tiene una escala de valores en la que fijamos unas prioridades que establecerán el tipo de vida que queremos. Lo importante es saber respetar la escala de los demás aunque sea completamente opuesta a la propia.
En definitiva, y por encima de todo, al final lo esencial es ser una buena persona independientemente de cómo dirijamos nuestro futuro. El tiempo vuela y la vida pasa, pero lo único que permanecerá es la huella que dejamos y eso sólo se consigue siendo fundamental para las personas que nos importan y que queremos.