"This could be the end of everything. So why don`t we go, somewhere only we know"
(Keane, banda británica. Canción titulada Somewhere only we know y que pertenece al álbum Hopes and Fears)
Hoy
me he despertado temprano, y como cada mañana automáticamente mi mente ha
empezado a organizar todo lo que tengo que hacer durante el día. Sin embargo,
justo antes de abrir los ojos y ver los reflejos del sol atravesando las
aberturas de la persiana de mi habitación, me ha venido un pensamiento:
Necesito escuchar a Keane. Así que
mientras desayunaba, me he dicho a mí misma: “¿Cómo es que aún no le has
dedicado una entrada en el blog a Keane? Ya estás tardando”. Y aquí estoy,
dispuesta a regalar un trozo de este espacio a mi banda favorita, a mis
ingleses favoritos.
Es
curiosa la forma en la que comencé a escuchar al grupo en serio. Cuando añado
“en serio” me refiero a que me puse a escuchar todas y cada una de sus
canciones, disfrutando con cada uno de sus matices. No es que simplemente
escuches una de sus canciones en la radio y pienses que son buenos, es el hecho
de querer conocer más de ellos, de que se cree la necesidad de escuchar todas
las composiciones que han creado y tocado.
Algunas
personas creen en las casualidades, el destino o la suerte. La verdad es que no
sé si creo en ello o no, pero en lo que sí deposito mi creencia es en los
“momentos de lucidez”. Más que en el destino, pienso que tomamos decisiones o
cometemos ciertos actos que son de gran lucidez. Puede que de forma consciente
o inconsciente, pero movimientos inteligentes que nos permiten disfrutar de experiencias
increíbles. ¿Y por qué cuento esto? Porque hace unos años tuve uno de esos
grandes “momentos de lucidez”, y me permitió adentrarme en el fantástico mundo
de Keane. Muchos años atrás yo ya había escuchado al grupo británico.
Canciones como This is the last time y Everybody’s changing me cautivaron. Sin embargo, no sabía cómo se llamaba el grupo y en esos días sólo quedaron en mi recuerdo. El tiempo pasó, y a pesar de los años que pasaron entre esos días y la llegada de mi “momento de lucidez”, todavía esas letras rondaban en mi cabeza. Hasta hace tres años, cuando decidí que no podía posponer más ese momento y comencé a investigar. Busqué This is the last time en Google y encontré el nombre del grupo: Keane.
Canciones como This is the last time y Everybody’s changing me cautivaron. Sin embargo, no sabía cómo se llamaba el grupo y en esos días sólo quedaron en mi recuerdo. El tiempo pasó, y a pesar de los años que pasaron entre esos días y la llegada de mi “momento de lucidez”, todavía esas letras rondaban en mi cabeza. Hasta hace tres años, cuando decidí que no podía posponer más ese momento y comencé a investigar. Busqué This is the last time en Google y encontré el nombre del grupo: Keane.
Desde
ese instante dejaron de ser desconocidos, y esa palabra pasaría a ser, para mí,
un sinónimo de happiness. Algunos
diréis: “¿Cómo no los buscaste la primera vez que los escuchaste? No supiste
valorarlos entonces”. No os quito razón. Y aún hoy me regaño cada vez que
recuerdo la decisión de posponer mi “momento de lucidez”. No obstante, por otro
lado me alegro. Y es que ahora, con más años vividos y más experiencia (y
espero que con más madurez) es cuando verdaderamente soy, y somos, capaces de
valorar las cosas de verdad. Cuando somos pequeños a veces nos cuesta saber qué
es lo queremos, pero siendo adultos es algo que se tiene o se debería tener más
claro. Y yo quiero a Keane en mi vida siempre. Así que Keane ahora forma parte
de mi vida casi diariamente, y no puedo estar más orgullosa de ello.
Mientras
pensaba en la manera en la que abordar esta entrada especial del blog, mi
cabeza se puso en marcha y comenzó a buscar algún objeto con el que comparar al
grupo haciendo así una pequeña metáfora. Sí, soy una adicta a hacer metáforas
con todo lo que pillo. Pero entonces fui consciente que para mí Keane no se
puede comparar con un objeto o con un sentimiento. Para mí Keane es la
plasmación de un momento en música. Gracias a ese “momento de lucidez” que
tuve, los conocí. Por lo tanto, no hay mejor manera de definirlos que como un
momento en concreto. Keane es como una tarde de invierno en la que estás en
casa, sentada en un sofá con un café en la mano y con una manta protegiéndote
del frío. Con la otra mano tocas los cristales de la ventana de la habitación,
que al otro lado muestran la lluvia más bella de todas. ¿Por qué este momento?
Lo explico.
Keane
es como ese aire frío que se cuela por debajo de la manta que te cubre. Esa
brisa fría que te eriza la piel y te hace sentir cada uno de los poros de tu ser.
Las canciones del grupo provocan esa misma sensación en mí. Sus bellas
canciones me transmiten tanto que hasta mi piel tiene la necesidad de
manifestarse. Pero Keane también es la manta, la que te protege de lo que te
rodea, porque cuando los escuchas es como si estuvieras en el lugar más cómodo
y seguro del mundo. Consiguen que olvides todo lo que ocurre a tu alrededor y
te aferras a esa manta como si fuera el mayor de los tesoros.
El
café también es similar al grupo inglés. Una vez que lo pruebas, te enganchas y
no puedes prescindir de él. Es la energía que te levanta por las mañanas, es el
olor familiar que te hace recordar buenos momentos, es el sabor diferente que
sienta tan bien a cualquier hora del día. Keane es energía, pasión y sabor.
¿Sabor? Sí, porque cada una de sus letras hay que escucharlas con calma,
despacio. Hay que saborear cada una de las notas que tocan, hay que experimentar
con el sabor que se queda en el paladar y que con gusto repasas una y otra vez.
Pero
sobre todo, Keane es como la lluvia que se muestra detrás del cristal: pura,
natural, bella, cautivadora, fuerte y delicada a la vez. Es una tormenta que
rompe los esquemas, pero también una única gota de lluvia que cae con sutileza.
Y uno mismo, es ese dedo que se aproxima a la ventana, que toca con cuidado el
cristal y que juega con la humedad y las gotas que van cayendo hacia el final
del vidrio.
Entonces,
se crea una fotografía, un momento… Una captura con cuatro lados con nombre
propio: Tom, Tim, Richard y Jesse. Es ese momento el que define a Keane y que
le hace diferente al resto. Y sí, cada grupo de música o cantante puede llegar
a convertirse en una instantánea, pero sólo Keane consigue hacer magia. ¿Y sabéis
por qué? Porque es el único grupo que hace que te quites la manta, que dejes el
café, que le hagas frente al frío y que el dedo se aleje del cristal. Sales a
la calle, lo haces con Hopes and Fears y
sigues adelante. Entonces, abres la puerta y esa lluvia provoca que
estés Under the iron sea, que no ahoga sino que reconforta. Y
entonces la magia hace el resto. Todas esas gotas de lluvia se unen, formando
una Perfect Symmetry que nos invade y que con una inconfundible sintonía forma una
puerta, la entrada de un lugar maravilloso llamado Strangeland. Das el paso,
entras y entonces llegas a un lugar que sólo nosotros conocemos (Somewhere only we know) y del que no querrás escapar nunca jamás.
De izquierda a derecha: Richard, Tom, Jesse y Tim.
Fuente: Facebook de Keane
Me encanta esa idea de "lucidez" para descubrir o investigar más de un tema, una persona, un libro o un grupo de música.
ResponderEliminarEse momento de "lucidez" es el perfecto el idóneo, para descubrir, el momento y la hora precisa para cada cosa, y que aveces pensamos que llega, pero no nos llega, y cierto tiempo después vuelve a nosotros para maravillarnos, iluminarnos e ilusionarnos.
Esa sensación es magnifica, la aportación, no solo de la cosa descubierta, si no de nuestro cambio, de darnos cuenta de esa madurez que nos llega sin quererlo de golpe con nuestro descubrimiento.