miércoles, 9 de septiembre de 2015

Historia 1: Bella esmeralda


BELLA ESMERALDA



El domingo es mi día favorito de la semana. Me encanta ir por las mañanas al parque y ver a los niños jugando a la pelota, montando en bicicleta o paseando con sus padres. Echo tanto de menos esa sensación… Ha pasado tanto tiempo desde el día de mi creación que casi ya no recuerdo cómo era sentir piernas y brazos. Casi he olvidado la sensación del aire jugando con mi pelo y de las gafas sobre mis grandes ojos color verde. Antes no tenía mucho éxito entre la gente, pero ahora estoy a un nivel en el que parezco totalmente invisible. Y sólo cuando alguien se percata de mi presencia, intenta acabar con mi simple vida.

Ayer vi al director de mi colegio. Siempre tan serio y tocándose su oronda barriga. Nunca ha sido un apasionado de su oficio, pero la verdad es que se preocupó cuando ya no volví más a clase. Mis compañeros deben de pensar tantas cosas sobre mi desaparición  repentina que seguro que se han imaginado las cosas más horribles. Por un lado, eso me hace sentir especial ya que realmente no me ignoraban tanto como pensaba, pero me hace echar más de menos mi vida anterior.

No tengo ni idea de si mi situación actual tiene alguna solución, pero llevo ya dos meses sin poder dejar de ser lo que soy ahora. Cada hora es como si pasase un día entero y ya no sé qué pensar o hacer. Por una lado, no echo de menos ser humana, pero sí las sensaciones que se sienten. Con mi forma actual carezco de recursos que no apreciaba cuando era una persona de carne y hueso. Soy tan frágil ahora, que una simple racha de viento, puede costarme la vida. Y la verdad, ni siquiera sé cómo he logrado mantenerme viva tanto tiempo. Supongo que al ser el primero y el último de mis principios como este ser, es casi involuntario.

Los días se me hacen eternos, y recorro de cabo a rabo mis lugares favoritos de la ciudad. Paso mis días intentado recordar los buenos momentos vividos, pero al final mi cabeza siempre se traslada al momento de mi transformación. No sé qué brujería, hechizo o maldición me echaron. Lo único que recuerdo es que estaba sentada en un banco mientras leía. De repente aparece una preciosa mariposa de un bello color esmeralda y se posa en mi mano. Le quise ayudar a volver a retomar el vuelo, pero no había forma de que se despegara de mi piel. Entonces, un rayo de luz llega a mí sin poder distinguir su lugar de procedencia. Cegada por la intensidad lumínica, cierro los ojos. Lo último que logro ver es que el rayo de luz se centra en el punto exacto donde está aquella mariposa. A pesar de no ver nada, noto cómo la mano se va quemando por el rayo. Pero cuando intento tapar con la otra mano la trayectoria, siento que no puedo. Mi cuerpo no me responde. Y unos segundos después, todo deja de brillar. Cuando vuelvo a abrir mis ojos, ya no soy humana.

Así es cómo me convertí en mariposa. Ahora no voy al colegio, ni hago deporte. Tampoco puedo hablar con mis padres, ni darle un abrazo a mi gato. Puede que nunca vuelva a ser yo como persona, ni sentir lo que ahora tanto anhelo. Tú que sí puedes, disfruta por mí. Y si alguna vez encuentras una bella mariposa color esmeralda, no intentes apartarla, pues podría ser yo buscando un poco de humanidad.

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